Bajo el viejo roble observé el atardecer,
miraba las nubes intentando algo ver,
el mortecino sol suspiraba en su final,
los surcos de mi frente sumaban mi total,
y bajo el roble mi vida vi pasar.
¡Ay, viejo árbol que presenciaste mi concepción!
tu dura corteza marco de niño mi piel,
tu sombra protegió mi primer beso,
a tu abrigo cometí mi primer pecado carnal,
y yo sin fuerzas y tu sigues igual.
Noto como llega mi último atardecer,
y aun muchos a ti te quedan por ver,
que mi polvo alimente tus raíces en mi final,
que en tus anillos mi huella sume nuestro total,
y en el roble mil atardeceres más.
Añadir comentario
Comentarios