Y todo por un Gin-tonic

Publicado el 5 de febrero de 2024, 11:44

     Ayer como un rey, en una cafetería, me estaba tomando un gin-tonic, ya sabéis, lo que antiguamente era un Beefeater con tónica y hoy es un jardín de especias aromáticas introducidas con mimo y amor en una copa que ni la de la Champions, con trozos fríos de glaciar y una pizca de tonic, volcada de tal forma que las burbujitas no se vayan a tomar viento, total doce euros de aúpa. A ver, que eso no es pasta par alguien pudiente, pero si me lo hubiera tomado en mi casa, me hubiera podido pedir una pizza con los doce euros ¡Joder, ya me he ido del tema, como sois, me liais enseguida, cosa que también dije anoche!

     Bueno pues, entre trago y trago de tal increíble bebida, escuchaba la música del hilo musical de la cafetería (Válgame la redundancia) y me di cuenta de que, una de dos o sin darme cuenta había cruzado un portal a una realidad paralela, donde a todo se le llamaba música o dos, estoy más obsoleto que el  “Cantiduvi-duvi” No entendía ninguna canción y si listillos estaban en español, aunque hubiera preferido que estuvieran en chino mandarín, al mismo modo, mismo resultado.

     Donde quedaron los Héroes del Silencio, Medina Azahara, Ramoncín, Siniestro total e incluso si me obligas, hasta Enrique y Ana con su canción “Super disco chino” ya sabéis, esa que decía …Disco, disco, chino, chino, Filipino. Un sinfín de grupos, con letras reivindicativas o románticas o duras o tiernas o incluso tontas, pero siempre de una forma u otra, con mensaje, demostrando que había artistas profesionales al volante. Pero hoy, los seudos cantantes escondidos tras el Auto-Tune, llamados Reguetoneros, nos llenan de canciones de letras vacías o con mensajes de mal gusto o inclusive peligrosos, ríete tu de los raperos de los años ochenta y noventa, que estaban todos sacados de bandas callejeras y que hoy serian hermanitas de la caridad. Pero ojo, que yo como artista, no seré el que critique a estos “Músicos” Lo que reivindico, es el estado intelectual de la sociedad. Donde parece que preferimos más, una buena portada que, un buen contenido. De está forma tan fácil, el artista elegante, ese genio con un mensaje profundo, nunca es oído, no por falta de talento, si no por que no quiere dar la nota o no quiere bailar de forma estúpida o simplemente no quiere mostrar de su cuerpo más, de lo necesario para subirse a un escenario.

     No creo que nos hayamos vuelto gilipollas, pero sí excesivamente tolerantes con la mierda que nos metemos en el cerebro, al fin y al cabo, dejamos de ir a las hamburgueserías de calidad, a las del barrio de toda la vida, donde una hamburguesa te miraba a los ojos y te decía “Estoy más buena que tu novia y lo sabes” para cebarnos en el McDonald, donde las hamburguesa si te hablaran, sería con la voz de la niña del exorcista. Mierda para el estomago y para el cerebro.

     Y lo reafirmo, no critico a los que hacen este estilo de música, simplemente no me creo aun, que haya gente que sepa leer y los escuche y que no conozcan a: Dire Strait, Los Ramones, Camarón, The Animals, Metallica, Falete, etc pero un larguísimo, como el camino que recorrieron Frodo y Sam, para llevar el puñetero aniño, etc. Que otra cosa, Gandalf podía haberlos llevado en las águilas gigantes hasta el monte del destino y no hacerlos caminar durante tres películas, que los pobres iban descalzos ¡Veis, ya me habéis liado otra vez! Por cierto, que os apostáis que si le preguntamos a Daddy Yankee, que si conoce a Gandalf o a Frodo, nos responde “Fueron mis teloneros en la gira pasada” Yo viajaría a la tierra media para escuchar cantar a Gandalf, os lo juro.

     Bueno en fin, conclusión; que si me hubiera tomado el gin-tonic en casa, hubiera comido pizza.

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